lunes, 17 de noviembre de 2014

Pack ahorro


A lo mejor, ya habéis dado cuenta de que me gusta utilizar casos de mi vida personal...pues otra vez ha llegado el momento en el que me llamó la atención algo muy interesante que no quiero privar a vosotros...
 
Después de haber estudiado en clase que en marketing el precio no se contempla como un factor puramente económico, sino que representa una imagen de gasto para el consumidor, me llamó la atencion esta forma de ver los precios, ya que era nueva y desconocida para mi. Por ello decidí fijarme más en los precios en el momento de hacer la compra esta semana.
 
Me llamó especialmente la atención un detalle que a primera vista puede pasar desapercibido, ya que el consumidor normalmente no se fija con tanto detalle en el precio de los productos, o mejor dicho asume que lo que se le dice es cierto. Como todas las semanas fui a hacer la compra al supermercado de al lado de mi casa, y a la hora de ir a comprar el tomate frito para la semana con mis compañeros de piso, nos encontramos con una oferta de un pack familiar, pero resultaba que la cantidad era demasiada, asique nos pusimos a hacer cálculos, para ver si nos podía merecer la pena comprarlo aún así, y  almacenarlo para el futuro. Sorprendentemente en el cálculo nos salió que las latas individuales eran más baratas que el pack ahorro. Tanto nos sorprendió esto que lo calculamos varias veces y no encontrabamos el fallo. Finalmente compramos el pack ahorro.
 
Se me ocurrió al llegar a casa que esto podía tener algo que ver con lo visto en clase, y la imagen de gasto, ya que realmente el pack familiar lo que hacía era reducir la imagen de gasto para el consumidor.
 
Esta estrategia también se podría relacionar a la teoría económica, ya que el consumidor tiende a comprar los productos que considere más baratos. Aunque a primera vista esta teoría encaje con este fenómeno, si reflexionamos un poco más sobre el desconcuerda a la vez en otros aspectos. Uno de ellos sería que el consumidor racional siempre realizaría el cálculo del precio unitario, y si las empresas realizan la estrategia que observe en el supermercado, queda claro que el consumidor tiende a no fijarse en estos cálculos.
 
 
Después de reflexionar sobre el asunto, llegue a la conclusión de que había varias posibles explicaciones a este fenómeno. La primera y menos relacionada con el marketing sería que al tratarse de un supermercado pequeño y local, se tratase de un error. La segunda y probablemente más correcta, es que los negocios aprovechan para su beneficio la imagen de gasto que supone el precio para el consumidor más que el gasto real, aunque me gustaría destacar que creo que esto es un peligro para su imagen de marca, ya que si los consumidores se dan cuenta de esto, podrían percibirlo como que no se les esta tomando enserio o podrían llegar a sentirse estafados, por lo que personalmente no considero esta una buena estrategia.

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