A lo mejor, ya habéis dado cuenta de que me gusta utilizar casos de mi vida personal...pues otra vez ha llegado el momento en el que me llamó la atención algo muy interesante que no quiero privar a vosotros...
Después de haber estudiado
en clase que en marketing el precio no se contempla como un factor puramente
económico, sino que representa una imagen de gasto para el consumidor, me llamó
la atencion esta forma de ver los precios, ya que era nueva y desconocida para
mi. Por ello decidí fijarme más en los precios en el momento de hacer la compra
esta semana.
Me llamó
especialmente la atención un detalle que a primera vista puede pasar
desapercibido, ya que el consumidor normalmente no se fija con tanto detalle en
el precio de los productos, o mejor dicho asume que lo que se le dice es
cierto. Como todas las semanas fui a hacer la compra al supermercado de al lado
de mi casa, y a la hora de ir a comprar el tomate frito para la semana con mis
compañeros de piso, nos encontramos con una oferta de un pack familiar, pero
resultaba que la cantidad era demasiada, asique nos pusimos a hacer cálculos,
para ver si nos podía merecer la pena comprarlo aún así, y almacenarlo para el futuro. Sorprendentemente
en el cálculo nos salió que las latas individuales eran más baratas que el pack
ahorro. Tanto nos sorprendió esto que lo calculamos varias veces y no
encontrabamos el fallo. Finalmente compramos el pack ahorro.
Se me ocurrió al
llegar a casa que esto podía tener algo que ver con lo visto en clase, y la
imagen de gasto, ya que realmente el pack familiar lo que hacía era reducir la
imagen de gasto para el consumidor.
Esta estrategia
también se podría relacionar a la teoría económica, ya que el consumidor tiende
a comprar los productos que considere más baratos. Aunque a primera vista esta
teoría encaje con este fenómeno, si reflexionamos un poco más sobre el
desconcuerda a la vez en otros aspectos. Uno de ellos sería que el consumidor
racional siempre realizaría el cálculo del precio unitario, y si las empresas
realizan la estrategia que observe en el supermercado, queda claro que el
consumidor tiende a no fijarse en estos cálculos.
Después de
reflexionar sobre el asunto, llegue a la conclusión de que había varias
posibles explicaciones a este fenómeno. La primera y menos relacionada con el
marketing sería que al tratarse de un supermercado pequeño y local, se tratase
de un error. La segunda y probablemente más correcta, es que los negocios
aprovechan para su beneficio la imagen de gasto que supone el precio para el
consumidor más que el gasto real, aunque me gustaría destacar que creo que esto
es un peligro para su imagen de marca, ya que si los consumidores se dan cuenta
de esto, podrían percibirlo como que no se les esta tomando enserio o podrían
llegar a sentirse estafados, por lo que personalmente no considero esta una
buena estrategia.
Trabajo en Provident México y me gusto mucho este contenido.
ResponderEliminar